Fabiola Rodríguez ha dedicado los últimos seis años de su vida a rescatar animales de las calles y darles un hogar. Alrededor de 70 perros en la zona norte del estado han estado en sus manos y poco a poco, cada uno ha encontrado un lugar especial en el seno de una familia.
La abogada de profesión explicó que su dedicación a los animales comenzó al no poder realizar su deseo de ser madre y, por recomendación de un especialista, adquirió un pequeño poodle llamado Gorky, al que aún después de su muerte considera su mejor amigo.
“Luego de dos abortos, mi psicóloga me aconsejó comprar una mascota a la que pudiera entregarle ese amor de madre que no se me permitió dar a un hijo. Es por ello que mi esposo me regaló a Gorky, que tiempo después escapó de casa y dos días después lo encontramos muerto. Fue un golpe muy duro para mí, pero no me detuvo”, contó Rodríguez.
Érase una vez…
Iru es el nombre del perro con el que comenzó la historia de Fabiola en la adopción de animales y lo considera su “primogénito”. Lo encontró gravemente herido, vagando en un basurero con apenas tres meses de nacido y la necesidad de ayudarlo tocó su corazón.
“Es impresionante lo insensibles que podemos llegar a ser los seres humanos ante la tragedia ajena. Quién puede pasar junto a un cachorro que muere de hambre y frío e ignorarlo sin la menor contemplación. A todos les desagrada ver animales en las calles, pero nadie hace nada”, comentó la mujer.
Con casi 10 años residenciada en la ciudad de Lechería, “La señora de los perros” asegura haber encontrado tanto de razas puras como mestizas, de los cuales ahora mantiene 6 en su hogar y el último recibido se llama Negrín. Asegura que corre con todos los gastos de recuperación y alimentación sin la ayuda de ninguna organización y, por medio de un anuncio en el periódico, espera encontrar una familia para cada animalito.
“Mi intención es ayudarlos a encontrar una familia amorosa. Hacerle entender a la gente que no por ser perros de la calle son menos inteligentes; contrario a lo que se piensa, son muy listos y cariñosos y todo el amor que les entregas, ellos te lo regresan. Es como darlos a la vida así como se da a los hijos cuando crecen”.
En su opinión, es necesaria la creación de una ordenanza que realmente apoye a los animales y no pretenda “acabar” con el problema envenenándolos, como algunas personas inescrupulosas hacen con los perros de las calles.
Fabiola Rodríguez manifestó la intención de adquirir una vivienda más grande en donde pueda ofrecer un mejor cuidado a sus huéspedes caninos, con la idea de no provocar molestias a sus vecinos, aunque asegura que todos los animales que ha recibido son bastante tranquilos.
A sus 49 años de edad, afirma sentirse con más fuerzas que nunca para continuar con esta labor que no muchos entienden, pero que sus animales le agradecen llenándola de amor.
Redactada por: Yubelys Flores
Foto: Yubelys Flores
Revisada y publicada por: José Madrid
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